Ruente
Situado en la comarca Cabuérniga y regado por las aguas del río Saja, el municipio de Ruente limita al norte con Valdáliga, Cabezón de la Sal y Mazcuerras; al sur, con Cabuérniga y Los Tojos; al este, con Cieza y Arenas de Iguña; y al oeste, también con Cabuérniga. Con una superficie total de 65,9 km2, pertenece al partido judicial de Torrelavega.
Los 977 habitantes del municipio se reparten entre cuatro núcleos de población: Barcenillas, Lamiña, Ucieda y Ruente. Este último tiene la capitalidad y dista 52 km de Santander. El término presenta una dinámica demográfica prácticamente estancada y un perfil más envejecido que la media de la región. Su economía ha evolucionado desde la primacía de la actividad agropecuaria hasta tener un marcado equilibrio entre el sector secundario y terciario. Ello está motivado por su cercanía a núcleos industriales como Cabezón de la Sal, Los Corrales de Buelna y Torrelavega, así como el fomento del turismo gracias a una tradicional gastronomía, que destaca por el afamado cocido montañés y sus carnes de caza.
En pleno corazón del Parque Natural Saja-Besaya, Ruente tiene en su término alguno de los mejores robledales y hayedos de la región, regados por las aguas del Saja y dos de sus afluentes. Entre esta vegetación se cobija una variada fauna, como ciervos, corzos, rebecos, jabalíes, lobos, diversas rapaces… Por algo acuden visitantes hasta sus montes para ver y escuchar en otoño la berrea del ciervo, ya que cuenta además con zonas de acampada.
Si la naturaleza es muy destacada, el patrimonio artístico no desmerece. El vestigio más antiguo del municipio es el monasterio de San Fructuoso, en Lamiña, que se cita en el siglo IX y es uno de los más antiguos de Cantabria. Además, posee construcciones civiles de gran envergadura, como el palacio de Mier, en Ruente, o los de Escagedo y Quirós, en Ucieda.